...de ver la luz por vez primera, sigo pensando que la vida es maravillosa. Dura, intensa, escarpada a veces, pero deslumbrante y llena de personas, momentos, y rincones imprescindibles. Me siento frente al teclado, después de un café ceremonial, con la vista perdida en las hojas de los árboles, y paso revista mentalmente al camino recorrido hasta hoy. Y debo decir que, en líneas generales, estoy satisfecho. Por delante queda todavía un largo trecho, porque cada segundo puede ser tan largo o tan corto como nos propongamos. Y aquí, parado en mitad del tiempo y de mi tiempo, ni demasiado joven ni demasiado viejo, recojo las baldosas de sabiduría ya pisadas, las cargo en mi mochila, y sigo confiado y resuelto hacia el mañana. Y lo hago barruntándome algo con una sonrisa prendida en la piel: lo mejor, amigos míos, está por llegar... Me tomaré una cervecita a vuestra salud. Gracias por estar ahí...