Hay quien adora la navidad, y hay quien la detesta. No siempre llueve a gusto de todos, y estos actos de exaltación colectiva suelen enaltecer los sentimientos, los buenos y los malos. Si estás bien, es posible que te sientas muy bien estos días; y si estás jodido... Si estás jodido estás jodido, se ponga como se ponga el gordito de la caperuza roja ¡ho ho ho! Sé qué mucha gente que pasa por aquí cree en la navidad, y no puedo dejar de felicitarla. También sé que otros la detestáis, o estáis en un momento delicado; y no puedo dejar de teneros en cuenta. Lo que está claro es que unos y otros, estando ahí un año más, hacéis -habéis hecho- que yo me sienta muy bien. Donde quiera que estéis, como quiera que estéis, os deseo de todo corazón que paséis unas fiestas estupendas, y que cada cual encuentre en estos días un motivo de felicidad: un reencuentro, unas buenas carcajadas, un nuevo proyecto, una ilusión diferente, una copa con un buen amigo, o lo que más os apetezca. Ese es el espír