Tour, pataleo, y testosterona

No podía ser. No era normal. Nadie en la historia del ciclismo había resucitado de esa manera después de una pájara antológica -Landis perdió más de nueve minutos- para convertirse en una especie de cohete al que ni siquiera el mejor escalador del Tour 2006, Carlos Sastre, pudo restar un segundo en la subida a Morzine. Es verdad que los ciclistas están hechos de una pasta especial, que son capaces de recuperaciones asombrosas. Pero una cosa es recuperarse para poder correr razonablemente, y otra muy distinta pasar de ser un calcetín a ser el Halcón Milenario en un sólo día.
La pérdida de sales minerales y otras sustancias vitales que supone un desfallecimiento como el que sufrió Landis en la etapa reina del Tour, produce tal desajuste en el organismo, que simplemente no es posible recuperar el máximo nivel de competición en menos de 12 horas. Mucho menos mejorarlo.
Pero Landis venía a ganar el Tour. Se hartó de decir que su objetivo era ese: incluso si no podía ganar una sola etapa. Y llegó la etapa reina, y con ella la llamada telefónica del insustituible Perico Delgado a Pereiro, que pasará a los anales de la historia del ciclismo: Perico -como el Cid- ganando tours después de la retirada. Y le pillaron con los pastelitos sin comer. O sea, una pájara de tres pares. Y al americano no le quedó más recurso que el pataleo de la testosterona. No sabemos si por propia iniciativa, o por la de otros. Pero L´equipe, que es como decir la biblia del Tour, no deja lugar a dudas en un titular tan escueto como contundente: Floyd Landis positivo.
Y a rey muerto, rey puesto: Oscar Pereiro es el quinto ganador del Tour de la historia de este país y Sastre -quizá el gran perjudicado de toda esta historia- sube al podio. Una pena que los dos no disfrutaran del premio en París, pero bien mirado, igual es mejor así. Mejor, porque el verano empezó dando la errónea impresión de que el fraude era cosa nuestra. Pero ahora sabemos que el fraude es también cosa de otros. Lo que es cosa nuestra, una vez más, es el Tour.

Comentarios

  1. Anónimo6:44 p. m.

    Escribo esta entrada un año después y la historia se repite, esta vez con otro grande del pelotón, Vinokourov, despues de un pajarón, un etapón. No era normal!
    Aparte de decir que estas cosas se conocen por el exhaustivo control que se les hace a los ciclistas, esperamos que este nivel de vigilancia se aplique también a otros deportes, aunque muevan mucho más dinero.

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  2. Fenrique:

    Pues ya ves como está el panorama después de la retirada forzosa de Rasmussen. Esperemos que en uno o dos años cambie el panorama, porque el Tour no resiste más ediciones en este plan. Respecto a los otros deportes, yo también espero que se vigile igual, aunque por el nivel de exigencia del ciclismo sospecho que es el que se lleva la palma en estas cosas...

    ¡Un saludo!

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