Evo Morales y la cruda realidad
Los conductores y los maestros están en huelga. Los indígenas cortan los gaseoductos que suministran a Brasil y Argentina. Los productores de coca amenazan con tomar los campos petrolíferos. Denuncias de corrupción se ciernen sobre la empresa nacional petrolera tras la nacionalización de los hidrocarburos. Los indígenas quieren su parte del pastel petrolero, y piden compensaciones económicas millonarias.
No es una película catastrofista; es la descripción que hace la prensa argentina de la situación en Bolivia.
Evo Morales quiso dar un salto hacia adelante, pero nadie le explicó que la codicia, la corrupción y el pelotazo también forma parte del progreso. Bienvenido al mundo real, Evo.
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