:-) donde yo vivía de peque nevaba tan a lo bestia que los profes no podían bajar hasta la escuela y nos quedábamos en casita.. Como se echa de menos esa sensación!!!
Tenía que ser tremenda esa sensación. A mí de la nieve siempre me gustó el silencio que la envuelve. Cuando nieva, nada más despertar lo sabes. Es por el sonido. O mejor dicho; porque no hay sonido...
Parece increible la altura, qué barbaridad. Esta se suma a una helada que vi en fotos de Suiza que era una pasada de lo fuerte que era.
Yo no estoy muy acostumbrado a la nieve porque vivo cerca del mar en el Mediterraneo, por eso no tengo muchas experiencias que contar, salvo cuando íbamos a la montaña cercana cuando nevaba algunos inviernos.
:-) donde yo vivía de peque nevaba tan a lo bestia que los profes no podían bajar hasta la escuela y nos quedábamos en casita.. Como se echa de menos esa sensación!!!
ResponderEliminarMuaks!!!
Tenía que ser tremenda esa sensación. A mí de la nieve siempre me gustó el silencio que la envuelve. Cuando nieva, nada más despertar lo sabes. Es por el sonido. O mejor dicho; porque no hay sonido...
ResponderEliminarParece increible la altura, qué barbaridad. Esta se suma a una helada que vi en fotos de Suiza que era una pasada de lo fuerte que era.
ResponderEliminarYo no estoy muy acostumbrado a la nieve porque vivo cerca del mar en el Mediterraneo, por eso no tengo muchas experiencias que contar, salvo cuando íbamos a la montaña cercana cuando nevaba algunos inviernos.
Es tremenda la foto Ulyses. La nieve, la verdad, mejor en pequeñas dosis...
ResponderEliminar¡Un saludo!