El estado del bienestar también tiene una cara B

Lo cuenta cnn: se llamaba Folole Muliaga, y tenía 44 años. Vivía en Nueva Zelanda, con sus cuatro hijos de entre cinco y veinte años. Era profesora, pero estaba de baja desde febrero, debido a una enfermedad que la hacía depender de una bombona de oxígeno para respirar. Las deudas se acumulaban, y un impago de 122 dólares precipitó el desastre. La compañía eléctrica cortó el suministro eléctrico a pesar de que su hijo advirtió al técnico de que su madre necesitaba el oxígeno para vivir. Dos horas después del corte, estaba muerta.

Nunca antes vivimos en un mundo tan interconectado. Y nunca antes estuvimos a tanta distancia los unos de los otros.

Comentarios

  1. Triste, tremebunda noticia. Como dices, nunca hemos tenido tantas posibilidades de comunicación y estamos tan incomunicados.

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  2. Un mundo desolador y fascinante a la vez. Y no ha hecho más que empezar...

    ¡Saludos!

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