Cómo conseguir que 1500 presos bailen el Thriller

El Centro Provincial de Detención y Rehabilitación de Cebu (CPDRC), en Filipinas, es un centro pionero que aborda la rehabilitación mediante un sistema de rehabilitación sensitiva.
Partiendo de una aproximación conductista, el sistema se basa en un complejo sistema de entrenamiento cuya meta es mantener una mente sana dentro de un cuerpo sano, desarrollando las aptitudes físicas, y desmantelando la cultura pandillera, que hace imposible la rehabilitación en otras instituciones. Según esta concepción, no importa cómo de restrictivo sea el sistema carcelario: siempre se encuentran rendijas por las que extender el círculo vicioso de la corrupción, el contrabando, y el consumo de estupefacientes. Para evitarlo, la seguridad no debe abordarse sólo desde el punto de vista físico (candados, rejas...) sino también cultural y conductual.
En el CPDRC los internos son divididos en pequeños grupos, y sometidos a una estricta disciplina para desalentar la cultura de las bandas. Para imposibilitar la corrupción de los funcionarios, la seguridad está organizada en cuatro grupos diferentes: uno inspecciona las visitas y las instalaciones; otro está en contacto directo con los internos, un tercero realiza el acompañamiento de los presos en sus traslados, y el cuarto se encarga de supervisar a los otros tres. La gestión económica y la provisión de alimentos se realiza de forma externa a las autoridades carcelarias. Además, el dinero está prohibido en la prisión.
La experiencia parece sacada de una novela de ciencia ficción, pero los resultados, al menos dentro de la prisión, saltan a la vista...