Los vigilantes de la playa (o cómo hemos cambiado)...

En los felices años veinte, el coronel Sherrell, superintendente de Terrenos y Edificios Públicos de Washington D.C. dictó una orden en virtud de la cual los trajes de baño no podían distanciarse de las rodillas en más de quince centímetros y medio. Esta instantánea, tomada el 30 de junio de 1922 en Tidal Basin, capta el momento en que el policía Bill Norton comprueba bajo la mirada silenciosa del obelisco si los muslos de una bañista están o no están al margen de la ley. En shorpy.com cuentan la historia, y se puede descargar una copia a más resolución de esta fantástica fotografía:

Comentarios

  1. Tal y como eran en esa época, el señor estaria contento, pues estaba poniendose "morao" a tocar piernas...

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  2. Pobre bañista, le sacarón tarjeta amarilla.

    Saludos

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  3. Anónimo6:48 p. m.

    Como han cambiado los tiempos :shock:

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  4. Pues no te digo yo que no Arbillas. Tendría su morbillo la cosa...

    Baakanit, amarilla o roja, no sé yo cómo terminó la cosa...

    Madre Superiora, mucho mejor antes dónde va a parar, sin tanto contubernio y tanto contumado regodeo en la concupiscencia... jeje

    ¡saludos!

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