La mujer perfecta ya existe
Es totalmente funcional: cocina, da masajes, puede mantener conversaciones acerca de lo que a ti te gusta, te entiende, te cuida, es sexualmente funcional, nunca dice que no, y lo mejor de todo: SE PUEDE APAGAR. En palabras de sus creadores; hemos tratado de satisfacer a todos los hombres que no han podido encontrar a la mujer perfecta, para que ella pueda amarlos, cuidarlos, y entenderlos. Y digo yo: incluso si has encontrado a la mujer perfecta, puedes intentar convencerla de que te regale una de éstas para que eche una manita en casa (¡dile que plancha y la tienes en el bote..!), para que le cuente un cuento a los niños, y ¿por qué no? para entretenerte a ti alguno de esos días en los que ella no está para tonterías...
Ya se puede hacer una pre-reserva desde la web, donde estará a la venta en poco tiempo. Yo no sé si colará, pero me la apunto para Reyes. Para rebajaros un poco el cabreo a las féminas: prometen que en breve tendrán disponible un modelo masculino.
Ya se puede hacer una pre-reserva desde la web, donde estará a la venta en poco tiempo. Yo no sé si colará, pero me la apunto para Reyes. Para rebajaros un poco el cabreo a las féminas: prometen que en breve tendrán disponible un modelo masculino.
Visto en El pianista que tocó y alguien escuchó.
¿Es real? ¿Poco a poco el planeta tierra será repoblado con estos seres o que?
ResponderEliminarMe da miedo pensarlo y me recuerda mucho a una película que creo que era de Glen Close.
Un saludo
Es real Lady. Sí da miedo sí. Aunque imagino que un coche también daría miedo en el siglo XIX, y ya ves dónde estamos... Yo creo que tenemos que irnos acostumbrando a estos bichos; para bien o para mal, en dos o tres décadas los tendremos en casa. Al tiempo...
ResponderEliminar¡Saludos!
Hola,
ResponderEliminarEsa mujer es real?... wow ! este post es realmente bueno!! me encanta... gracias por compartirlo.
Saludos.
hola,
ResponderEliminarPues lo primero gracias por compartir con todos nosotros la información. Y lo segundo, me gusta el blog y voy a echarle un ojillo