Reflexiones de una chica

Este estremecedor testimonio autobiográfico me ha llegado por correo. Por su interés, lo reproduzco para todos vosotros. Por desgracia (como suele pasar con estas cosas que van de correo en correo), no conozco a la autora, ni su origen. Si alguien sabe de dónde viene, que deje un comentario y actualizo la información:

El día que cumplí los catorce esperaba tener un novio algún día. A los dieciséis lo tuve por fin; pero no había pasión. Decidí que necesitaba un chico apasionado, con ganas de vivir. En la universidad, salí con un chico apasionado; pero era demasiado emocional. Todo era terrible para él, amenazaba con frecuencia con suicidarse, y lloraba a todas horas. Supe que lo que necesitaba era un hombre estable. A los venticinco encontré un hombre estable. Pero me aburría. Era predecible, y poco excitante. La vida comenzó a ser aburrida, y yo necesitaba un chico más emocionante. A los ventiocho lo encontré, pero no era capaz de seguir su ritmo. Iba de una cosa a otra y coqueteaba con cualquier chica. Aquello no tenía futuro: me hizo feliz, pero también miserable. Estaba claro que lo que necesitaba era un hombre con ambición. A los treinta y dos, por fin, encontré un hombre inteligente, ambicioso, y con los pies en la tierra. Me casé sin pensarlo. Resultó tan ambicioso que se divorció y se quedó con todo lo que yo tenía.

Ahora tengo cuarenta. Me gustan los tíos que la tienen grande. Punto.


Actualización: Mike me manda un correo para comentarme que este mismo texto le llegó en un powerpoint firmado por Marisa Vaqueiro. No sé si se trata de la autora del powerpoint o del texto original, pero ya tenemos algo... ¡Muchas gracias! Si alguien sabe algo más...

Comentarios

  1. Anónimo1:39 p. m.

    A eso se le llama experiencia , me se de una amiga a la que le haria mucha gracia este texto

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  2. Anónimo6:59 p. m.

    Este chiste es "viejo". Lo pongo entre comillas: el original es de un hombre, al que al final sólo le gustan las tetas grandes. Aquí está.

    El dilema...
    Cuando tenia 14 años, esperaba algún día tener una novia.
    Cuando tuve 16 tuve una novia, pero no había pasión.
    Entonces decidí que necesitaba una mujer apasionada, con ganas de vivir.
    En la facultad salí con una Mujer apasionada, pero era demasiado emocional.
    Todo era terrible, era la reina de los dramas, lloraba todo el tiempo y amenazaba con suicidarse.
    Entonces decidí que necesitaba una mujer estable.
    Cuando tuve 25 años, encontré una mujer muy estable, pero aburrida.
    Era totalmente predecible y nunca la excitaba nada. La vida se hizo tan plomiza que decidí que necesitaba una mujer más emocionante.
    A los 28 encontré una mujer excitante, pero no pude seguir su ritmo.
    Iva de un lado a otro sin detenerse en nada. Hacia cosas impetuosas y coqueteaba con cualquiera que se le cruzara.
    Me hizo tan miserable como feliz. De entrada fue divertido y energizante, pero sin futuro.
    Entonces decidí buscar una mujer con alguna ambición. Cuando llegue a los 31, encontré una chica inteligente, ambiciosa y con los pies sobre la tierra. Decidí casarme. Era tan ambiciosa que me pidió el divorcio y se quedo con todo lo que yo tenia.
    Ahora, a los 56, me gustan las mujeres con tetas grandes. Y punto.

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  3. sodlogan, Uberum: es muy gracioso...

    Stygyan: cada uno lo cuenta según le conviene.. jeje

    ¡saludos!

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