Y Dios se hizo hombre...


La infancia es el periodo más importante de la vida porque es cuando se forma la persona, y la mía fue frustrante y llena de sufrimiento. Mi crecimiento se frenó y hay muchos aspectos en los que aún tengo que madurar: convivencia, sociabilidad, conocerme mejor y saber quién soy... Muchas veces me sorprendo a mí mismo con reacciones en las que no me reconozco, sobre todo en las relaciones, que es donde realmente vemos nuestros colores...

Es Osel, el niño granadino que fue identificado a los seis años como la reencarnación del lama. Ahora tiene veinticuatro, es agnóstico, y se lo cuenta a Ana María Ortiz en el Mundo...
foto, el mundo.

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